CENTRO CULTURAL SAN FRANCISCO SOLANO

Raúl Prada:

FRAUDE 3.0 DESCRIBE LA GENEALOGÍA DEL PODER TRAMPOSO, TOCA CON EL DEDO EN LA LLAGA Y NOS CONVOCA”.Remitido por EDGAR RAMOS.BOLIVIA.

La Paz, 30 julio 2025 / Dixit Noticias

 

El académico Raúl Prada Alcoreza afirmó que el libro “Fraude 3.0 Bolivia 2016-2019 Crímenes de Lesa Democracia 2da Edición” describe la genealogía del poder, de la violencia y las trampas de ese poder, pero también “toca con el dedo en la llaga”, y el autor “ha escrito un libro como instrumento de convocatoria”; por tanto “estamos convocados. ¿Vamos a asistir a la convocatoria? Tenemos que responder”.

 

Prada hizo esas afirmaciones al comentar el libro “Fraude 3.0” acto realizado el 30 de julio 2025 en la Federación de Trabajadores de la Prensa de La Paz y transmitido en directo.

 

El indicado texto fue comentado por Pablo Mamani Ramírez (académico alteño de referencia internacional) Marcel Rivas Fanon (analista y dirigente político) y por Raúl Prada Alcoreza (epistemólogo y académico de trascendencia internacional). A continuación, se presenta el texto del discurso de Prada en el acto de presentación del libro Fraude 3.0.

 

Buenas noches, Edgar, Pablito y querido Marcel Rivas, y buenas noches a todos ustedes. Bueno, es una gran oportunidad reunirnos aquí, en la sede de la Federación de Trabajadores de la Prensa de La Paz, que ha sido testigo arquitectónico de tantas reuniones, sobre todo en la época de las resistencias ¿no? Ahora nos trae el libro de Edgar Ramos Andrade, un libro que no solamente trata de fraudes, en eso puedo compartir con Pablo, con Marcel, es un libro que trata del poder, es decir, es un libro que trata de la genealogía del poder. Es un libro que trata de la forma como se realiza la genealogía del poder, a través del fraude, pero el fraude no solamente es electoral, el fraude es un engaño, es una trampa...

 

Entonces, la forma cómo se hizo política en Bolivia, y obviamente no es el único país, es un mal quizás de la modernidad, quizás es un mal anunciado por Nicolás Maquiavelo ¿no? Porque de lo que se trata precisamente es de tomar el poder, recurriendo a todos los medios posibles y que se justifiquen de acuerdo al fin, y después se trata de conservar el poder.

 

Obviamente, eso supone la separación entre ética y política, con lo que se empobrece la política porque se vuelve un instrumento, ¿para qué? Para enriquecerse. Entonces, en el libro tenemos pues, yo diría un núcleo de temas que interpelan, que interpelan en un contexto dramático, 2016, 2017, 2019, con desenlace. Y obviamente, necesitamos hacer una reflexión sobre lo que nos ha pasado, lo que ha pasado en este país, y lo que ha pasado con un proceso de cambio que era la esperanza, que fue abierto por la lucha de este pueblo del 2000 al 2005.

 

Este pueblo puso su pellejo, sus muertos, sus heridos, hizo una agenda que se anticipó a la Asamblea Constituyente, que planteó de manera objetiva lo que se tenía que hacer, nacionalizar los hidrocarburos y convocar a la Asamblea Constituyente, fundar otro Estado. Fue un acontecimiento con muchas pasiones. Fue un acontecimiento donde había la oportunidad de realmente fundar un país.

 

Yo soy constituyente, y en la Asamblea Constituyente vi a todos, todas las lenguas, todas las localidades, todos y todas estábamos ahí, nos veíamos y nos olíamos; era vital lo que estaba pasando. Sin embargo, había quienes no tomaron en serio, no estaban a la altura de la Asamblea Constituyente, o sea, no estaban a la altura de lo que el pueblo había hecho, no estaban dispuestos a transformar. ¿Qué querían? Controlar a la Asamblea Constituyente, controlar el gobierno, controlar a los que estaban en la Constituyente como si fueran enemigos, cuando la mayoría éramos simplemente los amigos.

 

Entonces, el libro hurga, pues, esos síntomas de la decadencia. ¿Por qué? ¿Qué pasa el 2016, el 2017, el 2019? Obviamente, son montajes que se hacen evidentes, son fraudes que se hacen visibles. La falta de respeto al pueblo es evidente y palpable. El desprecio de la clase política a la gente. Y después, a pesar de que encuentran las culpas, los perdonan. Entonces, tú puedes cometer crímenes. Crímenes contra el país, crímenes contra el pueblo, a nombre del pueblo.

 

Entonces, el libro nos ayuda, porque nos da datos, pero toca con el dedo en la llaga. Por eso duele. No es solamente lo que ha pasado, no es un repaso de documentos, eso lo hemos vivido. Y es la forma cómo hemos perdido, cómo han asesinado al proceso de cambio. Cómo hemos perdido la gran oportunidad para transformar el país, para descolonizarlo. Eso es lo que nos está narrando.

 

Y la narrativa pasa por los fraudes, por los mecanismos del fraude, por los engranajes, por las formas cómo se hace, cómo se localizan los personajes que aparecen con sus perfiles, unos perfiles perversos. Un talento que, a sabiendas, amenaza a tribunales, a todo el mundo, porque es el que maneja desde mecanismos que pueden ser familiares y de todo tipo, pero maneja jueces y se maneja todo el mundo. Y da la vuelta, da la vuelta a las decisiones que toman los tribunales. Eso es lo que estamos viendo. Estamos contando nuestra historia, nuestra historia sucia. Es nuestra historia sucia. Pero es la historia sucia que hemos vivido durante dos siglos. Y en eso tiene razón Pablo. Hemos comenzado mal.

 

Y seguimos apañando la forma cómo hemos iniciado una república. O sea, el libro nos cuenta la forma como hemos vivido lo mismo, la repetición de lo mismo, el eterno retorno al mismo drama. Una república aparente, una forma de Estado aparente, pero en la realidad la continuidad de la colonialidad, del despojo, de la expropiación, después de revoluciones.

 

Basta recordar lo que pasó a fines del siglo XIX, con la guerra federal entre liberales y conservadores, entre federales y unitarios, cuando se lía a (Pablo) Zárate Willka. El ejército aymara da el triunfo a los liberales que no podían vencer porque eran un ejército muy chico. Pero en plena contienda los unos y los otros deciden unirse, traicionar, no solamente a Zárate Willka, sino a la Revolución Federal, y deciden un puchero.

 

Ya no hay Estado federal, hay Estado unitario, pero con cambio de sede, dicen, al fin de las miserias. Tremenda guerra para concebir una miseria. (Y hoy) tremenda Asamblea (Constituyente), tremenda movilización para conseguir (ni siquiera) desnacionalizar los hidrocarburos con los (nuevos) contratos de operaciones.

 

¿Qué hacían estos fraudes? ¿Cuál era el objetivo? Fuera de preservar el poder, fuera de imponerse, fuera de hacerse la burla, fuera de intervenir de manera tan mañosa, inclusive digital, con un controlador que estaba detrás, que estaba cambiando el escenario, los resultados, para que no se llegue a menos del 10% que obligaba a una segunda votación. O sea, hemos sido violados pues.

 

Todos hemos sido violados de la manera más espantosa. ¿Y qué hemos hecho? Hemos dejado que los magistrados los perdonen. Nadie tiene la culpa. La discusión, como dice el libro, se derivó, o fue fraude o fue golpe. Es decir, el tema del golpe hacía olvidar completamente el fraude. Una discusión falsa. Es decir, por qué ¿qué es lo que ha ocurrido? Lo que ha ocurrido es que había un fraude, pero ¿qué es lo que ha ocurrido? Lo que ha ocurrido es lo que no ha ocurrido. No hubo cambio. Y además han ocurrido varios hechos.

 

Sólo el hecho de que no se hayan nacionalizado los hidrocarburos, se hayan desnacionalizado y se va a la derrota pues. Sólo el hecho de que vayamos a una tercera derrota de la guerra del Pacífico, en (Corte Internacional de) La Haya, con una negociación realmente elemental, miserable, obligar a Chile a conversar, cuando siempre conversábamos, llevar a un pueblo a la derrota, eso es traición a la patria.

 

Bolivia ha traicionado porque se ha retirado de la guerra al año (de haberse iniciado) Hemos dejado de pelear al lado de los peruanos. Si, hubo una guerra ahí, y se estaba desatando (una lucha interna) en el Perú, y estaba venciendo en la Sierra, ¿qué hicieron? (Eran) dos mestizos. Y Lima estaba conspirando contra sus propios oficiales, que estaban en guerra, y los terminan tomando presos para firmar la paz.

 

Que nos hayamos retirado de la guerra. Que NO hayamos defendido Atacama habla mucho de nosotros, ya no solamente de los que han gobernado. Por eso yo digo, un pueblo que no defiende su territorio no merece existir.

 

Estábamos obligados a una guerra continua, prolongada. ¿Cómo vas a perder el territorio? Y encima cambiar por un ferrocarril. ¿Qué es eso? Es como cambiar a tu hija, a tu madre. Por monedas. Pero hemos hecho eso. Y después nos vamos a dormir tranquilos en la casa, y después leemos los libros de escuela, (libros) de la historia oficial.

 

¿Sobre eso, podemos construir un país? No. Por eso no tenemos un país. Porque somos cómplices de esa destrucción, de esas traiciones. Y el libro narra al detalle, al detalle minucioso, no solamente del fraude, de los comportamientos, de las conductas, de los entretelones, de toda la indexa metida, de la forma cómo se justificaba. Es decir, así funciona el poder.

 

Es una manera de hacer una regla de poder, así funciona el poder. El poder funciona de una manera perversa. El hecho de que ocurra eso es una complicidad. O sea, no culpemos solamente a los políticos, que son unos canallas pues. Los políticos son canallas, de un lado y de otro. Se creen enemigos, pero no son enemigos, son complementarios.

 

En el ciclo vicioso del poder se están repartiendo lo mismo. Repiten el mismo modelo. Ahora hay unos salvadores de la Patria que han venido a salvarnos, y dicen, no queremos el modelo socialista, vamos a optar por otro modelo liberal.

 

¿Qué modelo liberal? ¿Qué modelo socialista? Es el mismo modelo que impusieron los españoles y después recuperó la república. Es el modelo colonial extractivista del capitalismo dependiente. Estos son los administradores, los unos y los otros. Unos lo hacen de una manera liberal y otros lo hacen de una manera demagógica. Es la única diferencia. Y nosotros creemos en sus discursos.

 

Los discursos están para justificar lo que hacen. Como dice Pablo, los discursos no están para expresar lo que están haciendo fehacientemente, sino para justificar, para edulcorar su acción perversa. Esos son los discursos.

 

¿Cómo vamos a creer los discursos de los que están yendo en campaña electoral? ¿Qué es lo que nos dicen? De que uno viene a salvar la patria en cien días. En cien días cuando estamos al borde del colapso. Estamos al borde del colapso económico.

 

Y esta no es una crisis parecida a la hiperinflación. ¿Qué van a hacer los neoliberales? ¿Van a venir aquí a privatizar? ¿Qué empresas? Si no hay empresas públicas. YPFB nunca se ha fundado. Es una oficina de administración de las empresas transnacionales.

 

¿Qué van a venir a privatizar? ¿Empresas fantasmas? ¿Elefantes blancos? No tienen qué. No tienen idea a lo que está viniendo. Por eso piden 12 mil millones de dólares. ¿Para qué? ¿Para hacer lo que ha hecho (el presidente Mauricio) Macri (en Argentina)? ¿Para hacer lo que ha hecho (el presidente argentino Carlos) Menem? ¿Para repartir entre sus amigos? 54 mil millones de dólares se ha prestado Macri y los ha repartido entre los amigos de Macri. Otro tanto se ha prestado (el presidente Javier) Milei. ¿Qué están viniendo a hacer? ¡Negocios! Y nosotros les creemos porque necesitamos creer en alguien. En el príncipe (de Maquiavelo).

 

Necesitamos creer porque estamos tan mal. Necesitamos tener una esperanza aunque nos vuelvan a boicotear, no importa porque nos dan la oportunidad de tener la esperanza de tener una especie de sueño o pesadilla.

 

Entonces, hay que leer el libro de una determinada manera porque conocemos lo que ha pasado. Ustedes lo han vivido de una y otra manera. Las últimas partes del libro narran precisamente todo lo que ha ocurrido en términos de enfrentamiento porque además es una genealogía de la violencia. Y lo que hace Edgar es decir, bueno, los unos y los otros son culpables de esta violencia. Han administrado la violencia y son tantos heridos, tantos muertos de uno y del otro.

 

¡Son los operadores de la muerte…! Entonces, esos desenlaces dramáticos que cobran sus muertos, esa es otra manera de encarnarse, de ser nuestra mala suerte, caprichoso con nuestros cuerpos que son siempre del pueblo que muere. Entonces, estamos volviendo a vivir las mismas historias desde un principio.

 

Es como ya lo hemos visto. El MAS ha repetido lo que hizo la Revolución del 52, una revolución que no hizo la dirigencia, lo hizo el pueblo. Tuvo que salvar su golpe de Estado. Se lo llevó, como dice Sergio Almaraz, el pueblo se encontró en la calle al MNR y lo llevó de los cabellos al Palacio. Pero después, ¿qué hicieron los del MNR? Entregar 20 mil millones de dólares a los varones del estaño (Patiño Hoschild y Aramayo)… Nos descapitalizaron. ¿Y qué hicieron? Lo primero que tenían que hacer eran las fundiciones de estaño. Pero no lo hicieron. Estaban metidos en otra cosa. ¿En qué cosa? La forma de gubernamentalidad clientelar. Hay que gobernar con la clientela. Es mucho más eficiente la forma de gubernamentalidad clientelar. En realidad, tú tienes que formar clientelas.

 

No tienes que convencerlos con la retórica política. No tienes que hablar bonito. Tienes que comprometerlos a todos. Como nunca, el MNR convirtió a la sociedad en su cómplice. Lechín se daba el lujo de entregar abrigos a los dirigentes mineros. Le decían que escogieran a tu hermano, cualquiera de estos (abrigos). Los traía de París. ¿Y qué hace el MAS? Entregó, no abrigos, pero ha entregado Toyotas… Tenía más recursos. Es lo mismo. Sólo que en distintos niveles. Por qué han entregado 6 mil millones de dólares por concepto de impuestos… En eso tienen razón los que critican, que no hubo nacionalización. Por impuestos. Ya no 1.200, sino 1.000 millones de dólares. Se ha multiplicado. Entonces, obviamente, tenías más capacidad.

 

Entonces, cuando nosotros leemos este libro desde esos contextos, podemos descifrar, porque cada cosa que nos cuenta el libro puede no solamente ser una descripción de unos hechos, sino puede ser un signo. Una narración de lo que nos estamos viendo. Una manera de repetir nuestra misma historia.

 

Una manera de enamorarnos con nuestro propio destino. Sin horizontes. La pregunta que hizo Pablo, ¿cuándo vamos a empezar? Estamos obligados a desandar el camino, porque en dos siglos no hemos construido ninguna república. No se construyen repúblicas sobre cementerios indígenas. En todo el continente ha pasado eso. Tenemos que resolver los problemas de manera radical.

 

Ahora, ¿qué significa eso? Hay que tener capacidad inventiva. Hay que tener capacidad de actos heroicos. Este pueblo ha tenido capacidad de actos heroicos. Lo tuvo en 1952. Lo tuvo del 2000 al 2005. La pregunta es, ¿vamos a ir a elecciones o vamos a ser capaces de actos heroicos? Esa es la pregunta.

 

Entonces, yo tengo la oportunidad que nos ha dado de leer el libro Edgar, a quien conozco hace tiempo, quien se ha dedicado de manera apasionada, como pocos. Porque ama este país, ama a su gente, ha creído en todo lo que se estaba haciendo, se ha frustrado como todos nosotros, pero no se ha rendido. Ha escrito un libro como un instrumento de convocatoria. ¿Vamos a asistir a la convocatoria? Tenemos que responder. ¿Estamos de acuerdo? Estamos convocados ¿Vamos a asistir a la convocatoria? Yo también les pregunto.

 

Muchas gracias”.

 

 



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